Warning! Pharming!
15:07Se refiere al uso de medicamentos con fines recreativos, generalmente prescritos para un enfermo diferente al usuario, utilizando ...
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Se refiere al uso de
medicamentos con fines recreativos, generalmente prescritos para un
enfermo diferente al usuario, utilizando una dosis distinta a la indicada como
terapéutica y buscando en general alguno de sus efectos adversos.
Las pharming parties oFarmacofiestas son reuniones, fiestas o
encuentros donde los asistentes se intercambian fármacos de prescripción y los
ingieren al azar con el fin de intoxicarse. Los jóvenes de ahora siguen la moda
del 'pharming', una etiqueta que se le ha puesto al abuso de
medicamentos que contienen codeína, metilfenidato, benzodiacepina, alprazolam y
dextromethorphan.
El doctor Pere Munné,
experto en toxicología del Hospital Clinic de Barcelona, ha
alertado sobre los efectos obtenidos con este consumo recreativo.
"Los efectos que producen en los cuerpos de los jóvenes dependen de los
principios activos ingeridos, pero la mayoría pretende lograr efectos
euforizantes, alucinatorios o relajantes". Además, la principal
fuente de acceso es el botiquín familiar en un 60% de los casos, mientras
que del 40% restante, la mayoría lo obtiene en la oficina de farmacia
legalmente (81%) y el resto son recetas falsas.
"El problema es que
este 'pharming' se produce con medicamentos que llevan la etiqueta de no
ilícitos, pues se dispensan en oficinas de farmacia, y la gente cree que pueden
abusar de ellos con seguridad sin darse cuenta de los efectos adictivos y el
peligro que conlleva para su salud", ha advertido Munné.
Este experto en
toxicología considera que los médicos deben ser rigurosos en sus recetas
para que las dosis de los envases que prescriben se ajusten a las necesidades
terapéuticas. A su juicio, "el consumo de determinados medicamentos de
venta en oficinas de farmacia es un paso previo para el consumo de otros
productos más peligrosos y adictivos".
Según los estudios
manejados por este ponente, los adolescentes y jóvenes son los primeros
consumidores de estos medicamentos que se dispensan en oficinas de
farmacia, bien prescritos por el médico o de libre dispensación sin receta.
"En Estados
Unidos hasta 21 millones de chavales hacen 'pharming'". También se ha
detectado un incremento de la venta y del consumo por parte de muchos padres de
medicamentos prescritos para sus hijos tratados de hiperactividad o trastornos
de atención, como es el caso del metilfenidato.
Si algo caracteriza al medicamento es precisamente
el destino final para el que fueron creados: el de curar y no el de provocar
problemas de salud en los ciudadanos. Pero precisamente en su utilización
lúdica es donde se invierte el propósito para el que originariamente vieron la
luz. El peligro además, viene dado por la propia legalidad de los medicamentos,
ya que al ser consideradas drogas legales, los jóvenes y adultos ven menor
riesgo en su consumo. Sin embargo, las mismas urgencias hospitalarias registran
un alto porcentaje de ingresos por efectos indeseados de los medicamentos, por
lo que de una supuesta inocuidad pasamos a una alta peligrosidad, que en
ocasiones llega a poner en riesgo incluso la vida de los pacientes.
El perfil del abusador de medicamentos en
España es muy variado, cambia mucho, pero los datos arrojan tres máximas
definitivas: VARÓN, ADULTO Y AUTÓCTONO. Esto contrasta con los datos que
llegan del otro lado del Atlántico, donde se habla de jóvenes entre 15 y
18 años, y que abusan de medicaciones prescritas previamente por facultativos;
de igual manera, la literatura americana, concreta ciertos abusos
relacionándolos con determinados grupos de población de emigrantes, como por
ejemplo, el abuso de la codeína por la comunidad Indo-pakistaní, y el
misoprostol por la Latinoamericana. La conducta del usuario viene definida por
las siguientes pautas: aumento progresivo de la dosis sin consultar al médico
prescriptor, un uso de los fármacos para obtener otros efectos de los buscados
a tenor de su patología o sintomatología, uso continuado de la sustancia a
pesar de los posibles efectos adversos, y preocupación por la obtención del
medicamento, estos últimos comunes a cualquier fenómeno de dependencia.