Drogas de diseño
Drogas de diseño: repercusión y desarrollo histórico
15:03
En
lo respectivo al consumo recreativo de sustancias
psicoactivas,
la década de los 90 fue un continuo
hacer
referencia a la irrupción e instauración de las denominadas drogas de síntesis.
No
obstante, en la práctica, fueron los derivados anfetamínicos
pertenecientes
al grupo de las feniletilaminas
los
que monopolizaron la escena del consumo
recreacional.
En especial el éxtasis o MDMA son expresiones como drogas de diseño o e
síntesis llegaron a convertirse en sinónimo de
MDMA:
referirse a ellas era, en última instancia, hacer
referencia
exclusiva al éxtasis. Sin embargo, en aquellos
años
también hicieron acto de presencia otras
sustancias
sintéticas, cuyo uso (minoritario y a veces
incluso
anecdótico) pasó casi desapercibido, quedando
eclipsado
por la eclosión de la 3,4 metilendioximetanfetamina.
Iniciado
el siglo XXI, estas sustancias siguen
estando
presentes en los entornos de consumo recreacional,
y
algunas dan indicios de tener un cierto
potencial
para ser objeto de una mayor difusión e instauración
en
los próximos años.
El
CAT o metcatinona es una sustancia con
una
potencia de 1,5 veces la de la metanfetamina
Hasta
el momento, se ha extendido minoritariamente por Estados Unidos pero debido a
la facilidad de su síntesis, no sería de extrañar
cierta
generalización de su consumo también en
otros
países.
El
uso del GHB – gamma-hidroxibutirato – continúa presentando altibajos
desde
que, a mediados de los 90, se introdujera en
los
entornos de ocio nocturno bajo el reclamo de ser
éxtasis
líquido. Sin embargo, a falta de estudios contrastados
y
ateniéndose exclusivamente a indicios
anecdóticos,
cabría considerar que su difusión y aceptación
por
una pequeña porción de la población juvenil
es
mayor que la de hace casi una década.
El
2-CB dimetoxifenetilamina es también una feniletilamina, en
este
caso con propiedades alucinógenas, en cierto
sentido
estaría a medio camino entre el éxtasis y la
dietilamida
del ácido lisérgico o LSD. Su presencia ha
sido
detectada ya en España, y aunque su difusión
hasta
el momento es mínima, son muchos los que
auguran
una futura expansión de su consumo recreacional.
Actualmente,
de este grupo de sustancias, es la
ketamina,
sin lugar a dudas, aquella que en mayor
medida
y de forma más clara y patente ha afianzado
su
presencia y extendido su consumo. Se trata de un
derivado
sintético puro, es decir, hasta el momento no
se
conoce ningún análogo proveniente de la naturaleza,
por
lo que en la farmacología de las
drogodependencias
pasa a ser clasificada como una
droga
de síntesis. Pertenece, junto con la fenciclidina y sus derivados, al grupo de
los anestésicos disociativos, y sus efectos son mixtos
alucinógenos-estimulantes.
Debido a que tiene una utilidad médica y veterinaria, y a que en la mayoría de
los países no está clasificada como
droga
de abuso, su adquisición destinada a fines
extrahospitalarios
no ha sido hasta ahora especialmente
dificultosa,
lo cual muy probablemente haya
contribuido
a la difusión de su consumo. Su instauración
actual,
al igual que sucedió con el éxtasis, ha tenido
lugar
especialmente en entornos asociados a las
fiestas
de fin de semana, la música electrónica y las
raves.
Su uso no deja de ser minoritario, pero es claramente
una
sustancia emergente con un alto potencial
de
difusión, hay incluso quien apunta que fácilmente
podría
reemplazar al LSD como una de las drogas más
controvertidas
de la historia, en cuanto su influencia
sobre
la música, las artes y la cultura en general,
podría
ser realmente ilimitada.
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